• Peces que caen del cielo. ? Mitolog?a o Realidad ?
Peces que caen del cieloDurante siglos se ha venido registrando en todo el mundo la ca?da de ins?litas lluvias de peces. La ?ltima vez fue: en 1975. ?Puede explicar la ciencia uno de los fen?menos m?s curiosos de la naturaleza?.
El 16 de febrero de 1861, un violento sismo sacudi? la isla de Singapur. Durante los seis d?as siguientes llovi? de forma torrencial. En la ma?ana del 22, despu?s de un ?ltimo y furioso chaparr?n, par? de llover. Francois de Castelnau, un naturalista franc?s que se encontraba en la isla, inform? un a?o m?s tarde a la Academia de Ciencias de Par?s sobre lo que sucedi? entonces.
A las 10 de la ma?ana sali? el sol y desde mi ventana vi gran n?mero de malayos y chinos llenando cestos de peces que recog?an en los charcos de agua que cubr?an el terreno. Cuando pregunt? por el origen de los peces, respondieron que hab?an ca?do del cielo. Tres d?as despu?s, cuando los charcos se secaron, encontramos muchos peces muertos.
Grabado del siglo XVIII que representa una lluvia de peces ocurrida en Transilvania.Aunque Castelnau no vio personalmente la lluvia de peces, estaba convencido de que hab?an ca?do del cielo. El doctor A.D. Bajkov, marino y cient?fico norteamericano, tuvo m?s suerte. El 23 de octubre de 1947 estaba desayunando con su esposa en un caf? de Marksville (Louisiana. Estados Unidos), cuando poco despu?s de un chaparr?n not? que hab?a peces tirados en la calle: "peces sol, pececillos de ojos grandes y r?balos negros de hasta 23 cm de longitud". Se encontraron m?s peces en los techos, fr?os y muertos, pero aptos para el con sumo.
Por poco fiables que parezcan estos relatos, en la actualidad existen numerosos testigos oculares de este fen?meno en Espa?a. El se?or Joan Ribet, labrador originario de Montgat (Barcelona), afirma haber presenciado en su juventud un ins?lito chaparr?n que se abati? sobre la localidad de Granollers: adem?s de peces, cayeron otras clases de animales (ranas, insectos, etc.), y el suelo qued? cubierto por una capa de barro de unos 30 cm de espesor. "Entonces -dice el se?or Ribet- se coment? que una tromba hab?a absorbido agua de alg?n pantano y la hab?a soltado sobre Granollers. Pero realmente fue un hecho muy extra?o.?
En 1979 un periodista brit?nico reuni? informaci?n sobre un fen?meno an?logo acaecido en Mountain Ash, Gales, el 9 de febrero de 1859. Por lo visto, John Lewis, que estaba trabajando en un aserradero, qued? at?nito cuando hacia las 11 de la ma?ana fue golpeado por peque?os objetos que ca?an del cielo. Uno de los objetos se col? por el cuello de su camisa. Cuando met? la mano me qued? sorprendido al descubrir que era un pececito. El suelo tambi?n estaba cubierto de ellos. Me quit? el sombrero; el ala estaba llena de peces. Saltaban por todas partes... Mis compa?eros y yo podr?amos haber llenado cubos de ellos...
Una experiencia similar aconteci? unos 85 a?os despu?s a Ron Spencer, cuando estaba destinado en Kamilla, India, cerca de la frontera con Birmania. Hablando por la BBC, en abril de 1975, despu?s de que un oyente describiera su experiencia de una lluvia de peces, Ron cont? que le gustaba salir a lavarse bajo la lluvia cuando llegaban los monzones. En una ocasi?n estaba en este ritual, cuando: Unas cosas empezaron a golpearme, y al mirar a mi alrededor vi miles de formas peque?as que se retorc?an en el suelo y otros miles que eran barridas de los tejados, que ca?an en los canales y en los arrozales. Eran peces peque?os, del tama?o de sardinas. No hace falta decir que poco despu?s de la tormenta no quedaba ninguno. Las aves se los comieron.
Nadie ha descubierto a?n con cu?nta frecuencia ocurren las lluvias de peces. La documentaci?n est? muy repartida, y no se dispone de un estudio completo que registre todos los casos. Pero parece que s?lo las lluvias de sapos y ranas las superan en abundancia. Por ejemplo, el doctor E.W. Gudger, del Museo de Historia Natural de los Estados Unidos, recogi? informes durante 40 a?os y s?lo encontr? 78 relatos, repartidos en 2 350 a?os. De ?stos, 17 sucedieron en los EUA; 13 en la India, 11 en Alemania; 9 en Escocia; 7 en Australia; 5 en Inglaterra y Canad? y el resto en diversos lugares. Pero Gilbert Whitley, trabajando con los archivos del Museo Australiano, enumera m?s de 50 lluvias de peces s?lo en Australasia, entre 1879 y 1971.
Una de las primeras referencias a una lluvia de peces se encuentra en un antiguo texto griego, el Deipnosophistai, compilado a fines del siglo II por Ateneo. Estos fragmentos, recogidos de los escritos de casi 800 autores, contienen este informe: S? tambi?n que llovieron peces. En todo caso Foenias, en el segundo libro de su Magistrados de Eresia, dice que en el Quersoneso una vez llovieron peces ininterrumpidamente durante tres d?as, y Filarco en su cuarto libro dice que la gente hab?a visto llover peces con frecuencia.
Pero pese a la proliferaci?n de informes aut?nticos y fidedignos de que se han producido lluvias de peces, nadie ha proporcionado una explicaci?n convincente del porqu?. Una de las explicaciones m?s plausibles es que son causadas por tornados, trombas marinas o torbellinos, que levantan hasta las nubes el agua del mar con sus correspondientes peces y los sueltan sobre tierra firme.
Otras explicaciones sugieren que el fen?meno es causado por peces "que emigran a tierra"; que p?jaros que se alimentan de peces regurgitan o dejan caer su comida; que los peces son transportados por lagunas o arroyos que se salen de cause, y que los peces que hibernan en el barro son reanimados por la lluvia. Pero todo esto no explica la variedad de especies halladas en el mismo lugar, la variedad de terrenos donde se han hallado peces y el enorme n?mero de peces ca?dos en algunos casos. Y aunque existen casos bien documentados de tornados y trombas marinas que transportaron peces, esta explicaci?n es inadecuada para abarcar todos los casos.
Tornados, trombas y torbellinos act?an indiscriminadamente. Suelen recoger muchas cosas en su camino, y esparcirlas por todas partes. Esto contradice de forma espectacular lo que sucede en la gran mayor?a de casos de lluvias de peces. En el caso de Mountain Ash, por ejemplo, la lluvia abarc? ?nicamente una zona cuya superficie era de 73 metros por 11.
En un caso ocurrido en Kent, en 1966, se dijo que los peces cayeron en un campo determinado y no en ninguno de los contiguos. La mayor parte de las lluvias, de hecho, parecen seguir esta pauta. Quiz? el ejemplo m?s extremo de estas ordenadas lluvias de peces tuvo lugar al sur de Calcuta, el 20 de septiembre de 1839. Un testigo presencial dijo: Lo que m?s extra?o me pareci? fue que los peces no ca?an al azar... sino en l?nea recta, de no m?s de un c?bito (medida antigua, derivada de la longitud del antebrazo) de ancho.
Los torbellinos se mueven continuamente. Existen pruebas de que las lluvias de peces duran mucho m?s tiempo del que ser?a posible si fueran causadas por un torbellino. El torrente de muchos cientos de anguilas que se form? en Hendon, suburbio de Sunderland, en el norte de Inglaterra, el 24 de agosto de 1918, viene al caso. A. Meek, bi?logo marino, inform? haber visto una lluvia que dur? sus buenos diez minutos y estuvo limitada a una zona peque?a.
Aunque los torbellinos vuelven a veces sobre sus pasos, algunas lluvias de peces han ocurrido en una sucesi?n tan r?pida que no pueden haber sido causadas por un solo torbellino. John Lewis, de Mountain Ash, por ejemplo, fue testigo de "dos lluvias, con un intervalo de diez minutos (entre s?) y cada lluvia dur? m?s o menos dos minutos".
El lapso de tiempo que los peces han pasado en el aire parece variar considerablemente, seg?n las pruebas disponibles. En muchos relatos, los peces estaban vivos y coleando cuando fueron hallados en el suelo; en otros, estaban muertos, pero frescos y comestibles. Es dif?cil creer que los peces puedan caer sin resultar muertos, pero las pruebas sugieren que incluso los que se hallaron muertos no hab?an muerto a consecuencia de la ca?da. En su History of Ceylon (Historia de Ceil?n), sir James Tennant describe peces que no resultaron heridos al caer sobre grava.
Las lluvias de peces muertos son a?n m?s misteriosas. En dos ocasiones en la India, en Futtepoor en 1833, y en Allahabad en 1836, los peces que cayeron del cielo estaban no s?lo muertos sino secos. En el primer caso el n?mero de peces ca?dos se calcul? entre 3 000 y 4 000, todos de la misma especie. Es dif?cil imaginar un torbellino que mantuviera tantos peces en el aire durante el tiempo suficiente para que se secaran. Pero pese a la amplia difusi?n del hecho en la prensa india de aquella ?poca, nadie se present? a informar que un torbellino le hab?a arrebatado un valioso cargamento de pescado seco. Quiz?s sea a?n m?s extraordinario el caso de Essen, Alemania, en 1896, donde una carpa cay? del cielo durante una tormenta, metida en un bloque de hielo. En este caso, el pez tuvo que haber sido mantenido en lo alto por corrientes de aire verticales el tiempo suficiente para transformarse en el n?cleo de una enorme piedra de granizo.
En las lluvias de otros animales e insectos existe la tendencia a que caiga una sola especie cada vez. Pero las pruebas disponibles acerca de las lluvias de peces muestran que pueden ser divididas en grupos m?s o menos iguales, entre lluvias de una sola especie y lluvias mixtas. En una sola lluvia se han identificado hasta seis especies diferentes, reforzando la idea de que el fen?meno es causado por trombas que absorben agua al azar en mares y lagos.
Las lluvias de especies ?nicas presentan muchos problemas. La lluvia de Mountain Ash en Glamorganshire, por ejemplo, consist?a sobre todo en espinosos, acompa?ados de unos pocos pececillos de agua dulce. Los espinosos viven en los arroyos y no suelen congregarse en card?menes. ?C?mo pod?a una tromba haber absorbido semejante cantidad de espinosos en un solo lugar y depositarlos a todos en otro punto preciso? Otros casos de lluvias de una sola especie sugieren preguntas similares. Y otro rasgo curioso es la ausencia de cualquier otro tipo de residuos.
Los objetos atrapados por las corrientes de un torbellino deber?an ser despedidos en momentos diferentes y a distancias diferentes, de acuerdo con su masa, tama?o o forma. Pero, por el contrario, las lluvias de peces a menudo incluyen ejemplares de tama?os distintos. En Feridpoor, India, por ejemplo, en 1830 cayeron dos especies de peces, una m?s grande y pesada que la otra. Del mismo modo, peces cuya longitud oscilaba entre los 15 y los 30 cm cayeron en varios jardines de Essex, el 12 de agosto de 1968, seg?n informaron los peri?dicos del d?a siguiente.
?Teleportaci?n?
Charles Fort, que pas? toda su vida recogiendo datos acerca de fen?menos extra?os, suger?a que las lluvias de peces eran resultado de lo que ?l llamaba "teleportaci?n", una fuerza que puede transportar objetos de un sitio a otro sin atravesar la distancia intermedia. Esta fuerza, afirmaba Fort, era m?s activa en el pasado que ahora, y sobrevive actualmente como una sombra d?bil y err?tica de lo que fue. Por efecto de la teleportaci?n, los peces son retirados de un lugar donde abundan hasta un punto del cielo, desde donde caen. A veces este punto no est? a demasiada altura con respecto al suelo, y eso explica que los peces sean encontrados a menudo vivos. Otras veces est? muy cerca del terreno y eso explica la frecuencia con que aparecen en el suelo durante una tormenta.
Fort suger?a, adem?s, que las lluvias de peces pod?an ser consecuencia de la necesidad urgente que una nueva charca "sintiera" por quedar llena de peces. Est? el caso del mayor Cox, por ejemplo, escritor muy conocido en Inglaterra despu?s de la primera guerra mundial. En un art?culo publicado en el Daily Mail del 6 de octubre de 1921, Cox informaba que el estanque de su casa de Sussex hab?a sido desecado y limpiado de barro. Despu?s, el estanque qued? seco durante cinco meses, antes de ser llenado nuevamente de agua en noviembre de 1920. En mayo siguiente, Cox qued? at?nito cuando lo encontr? rebosante de tencas.
En 1941, el American Journal of Science public? un articulo acerca de una granja en Cambridge (Maryland, Estados Unidos), donde se paralizaron los trabajos de un nuevo sistema de desag?es a causa de la lluvia. Cuando se reinici? el trabajo, la zanja apareci? llena de agua de lluvia en la que hab?a cientos de percas de dos especies diferentes que med?an de 10 a 18 cm. Las inundaciones y los peces migratorios fueron descartados a causa de la distancia entre ambos lugares y las aguas m?s pr?ximas. Fort tambi?n descart? la posibilidad de que los peces cayeran del cielo, ya que se encontraron s?lo en las nuevas aguas. Si hubiesen ca?do del cielo algunos se habr?an encontrado muertos sobre el terreno. Pero no hab?a ninguno.
La mayor parte de lluvias de peces suceden durante temporales de lluvia, de modo que la teor?a de la tromba parece parcialmente aceptable. Pero una mirada a la gran variedad de casos conocidos muestra que cierto n?mero de lluvias han ocurrido con cielos despejados y sin que las acompa?ara ning?n viento fuerte. La teleportaci?n parece, en efecto, una explicaci?n rebuscada; es dif?cil creer que los peces puedan desaparecer de un sitio y aparecer en el aire. Pero, ?qu? otra alternativa queda? En la actualidad, las lluvias de peces siguen constituyendo uno de los fen?menos m?s raros y menos explicables de la naturaleza... Suponiendo que sea la naturaleza, tal como la entendemos, la que las provoca.FUENTE: www.loincreible.com.ar
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