Los dichos populares son uno de los recursos mas utilizados por los argentinos al momento de querer expresar algo, en pocas palabras y de manera contundente.
"Siempre hay alguien mas loco que uno" y "Siempre hay un roto para un descocido" son dos de los dichos que mejor expresan la actitud de un par de vecinos amigos que decidieron adentrarse al Rio de la Plata. 
El Río se presento con mucho oleaje y al no poseer una embarcación de mayor tamaño los lugares recorridos no fueron muchos, pero más allá de eso lo que hacia estragos fue el intenso frío que impedia manipular los elementos de pesca con facilidad.
El encarne era toda una odisea, los dudos entumecidos, producto del frío quitaban las ganas de renovar la carnada cada cierto tiempo.
Durante la mañana, la pesca no fue la esperada y a juzgar por los comentarios escuchados por radio todas las embarcaciones que se habian animado a adentrarse más en el río la cosa era exactamente igual o peor.
Por su parte Horacio terminó la mañana zapatero mientras que su compañero de andanza pudo cobrar un par de piezas que rondaban los 35 cm.
Luego de haber cargado las pilas con unos sandwiches de milanesa la tarde cambio para bien, el pique se sucedio más frecuentemente he hizo olvidar de a ratos el intenso frío que se seguía sufriendo.
Para ese momento del día Horacio dejo de ser zapatero, con un lindo matunguito de unos 42 cm que no pudo resistirse a la bigotera.
La jornada no se extendio mucho mas, a pesar de la mejoría en la pesca no se justificaba seguir congelando los pulmones a cambio de una docena de pejes que bien se mostraban vigoros y fornidos no superaban los 35 cm.
Como siempre, una jornada de pesca es algo maravilloso y de seguro volverá a repetirse en busca de los matungos del Rio de la Plata, pero con un clima mas benévolo.
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