Salidas de Pesca: Pescar una Trucha y morir en el intento

El día 1º a la madrugada salimos con Silvia hacia Esquel de vacaciones. Ciudad a la que se fue a vivir la hija menor de mi mujer. Esta vuelta me propuse hacer todos los intentos posibles para sacar una trucha, no tenía grandes pretensiones ni de tamaño ni de color. Compré un equipito de Bait cast, algunas cucharas y algunos señuelos. El primer intento fue en el lago Futalaufquen en un camping que se llama Bahía Rosales y esta a unos 15 kilómetros de ripio desde la entrada del Parque Nacional Los Alerces. El Camping una maravilla, con playa amplia, tanto es así que las personas más cercanas estaban a unos 50 metros. Intenté la pesca al mediodía y no pasó nada, ni un toque y ni siquiera se veía actividad en el agua. A eso de las 20 horas (oscurece a las 22 hs.) fui al lago otra vez y ya éramos 5 personas pescando, 3 con mosca y 2 con cuchara. Me entusiasmé porque al llegar era impresionante la actividad de las truchas. Saltaban a 5 metros de donde estábamos parados dentro del agua. Les pasaba las cucharas por las narices y ni bola. Los que estaban con mosca cambiaban cada 2 tiros las moscas y tampoco les daba bola. De todos modos verlas saltar y nadar y estar metido en el agua y levantar la cabeza y ver semejante paisaje no tiene precio. El segundo intento fue en el Lago Puelo. Tampoco tuve respuesta alguna. Ni siquiera los que estaban mosqueando tuvieron pesca. Tampoco se veía actividad. Consultando con varios lugareños me comentaron que ellos solo tienen respuesta cuando pescan con lombriz. Obviamente no está permitido. Un pescador me comentó que embarcado es posible tener algún pique con cuchara. El tercer intento fue en el Lago Traful. Lo majestuoso de este lago conmueve. Es Espectacular. Villa Traful me encantó y el Lago es Hermoso. Buscamos un lugar alejado, una playa donde estábamos nosotros solos. Estuvimos 3 horas dándole a los señuelos y nada. El cuarto intento y último fue en el Río Corcovado. El Corcovado es un pueblito a 80 kilómetros de Esquel donde llevan a los pescadores extranjeros a pescar grandes truchas y los famosos salmones del pacífico que parece ser entran a desovar. Después de recorrer los 65 kilómetros de ripio que hay desde Trevelin hasta El corcovado entre en un super a comprar y preguntar por la pesca. Me recomendaron un lugar que a su vez también me recomendó otro lugareño. No pretendía sacar un salmón me conformaba con un truchita. Después de recorrer 11 kilómetros más de ripio llegué al lugar donde ya había dos pescadores. El lugar era un pozón que parecía interesante. Intenté con todo pero no tuve ni un toque. Al mediodía fuimos a un restorán donde pude comer una excelente porción de Salmón del Pacífico pescado en el río. Hablando con el dueño del restorán y el mozo ambos me recomendaron pescar con lombriz o con langosta (esa que anda por los campos) y según me dijeron es con lo único que salen los salmones. Ellos tiran una línea de fondo y esperan. Fuimos a la tarde al pozón de la pasarela donde vimos varios lugareños pescar a fondo con tanza y la famosa latita. Tampoco levantaron nada. Es claro que la trucha es un bicho más que difícil de pescar pero me da la sensación que los tiempos han cambiado para nuestros lagos del sur y que la pesca se ha puesto más difícil aún. Pasamos unos días espectaculares, de buen tiempo, sin pesca pero la verdad que estar metido en el agua cristalina, levantar la cabeza y ver esas montañas. espectaculares hacen que la pesca pase a segundo plano.- Les dejo algunas fotos de mis días por el sur.-