Corria el año 74´ , febrero. Me sentía como sentado sobre brasas en mi casa y con mucho trabajo pude convencer a mi mujer de ir a pasar unos días en San Blas : solo una semana le dije. A ella no le gustaba el lugar ,que ya conocíamos , porque le molestaban la gran cantidad de moscas que había en la costa , fruto de pescas y evisceraciones indiscriminadas . En realidad eso siempre fue una carnicería durante los cambios de marea. Pescaba cualquiera y de la costa nomás. A mi no me conformaba la variada con caña de 3.50metros ,plomada de 120 gr y meta sacar y sacar durante las dos horas de movimiento de las mareas. Era una matanza. A mi se me había puesto entre ceja y ceja la ría de San Blas donde había visto una forma distinta de pescar.
Así fue que preparamos los bártulos , enganchamos la carpa rodante de mi viejo y nos largamos con el Valiant rumbo al sur.
Se tardaba todo el día para cubrir los 880 km y desde Stroedder era ripio y del feo.
Un viaje tranquilo de ida con alguna peripecia a la vuelta pues rompimos el parabrisas en el camino de ripio.
Pero llegamos y acampamos cerca del A.C.A , único lugar civilizado con su capacidad colmada(en esa época si mal no recuerdo tenia tres habitaciones).
Luego de ordenar las cosas no fuimos a descansar. Los dias de febrero fueron apacibles y el mar siempre se lo ve tranquilo en esa zona.
No pudimos disfrutar algunos días por un resfriado de mi mujer , pero se le pasó y fuimos en busca de la pesca. Para entrar a la isla Jabalí se cruzaba un puente sobre el cual siempre veíamos pescadores caminando con garrotes de 3.50m , grandes reeles y paseando la carnada de una margen a la otra con diversos resultados pero siempre buscando al lenguado.
Nosotros nos fuimos con el coche bordeando la ría para el lado de la desembocadura. Por donde se mire no había un alma . Un desierto ,peor páramo. En esa época ni celulares ni nada, el que se quedaba chau , hasta que pase otro loco por esos caminos solitarios no había posibilidad de encontrar un socorro.
Lo asombroso es la pesca , muy calificada si empleamos los elementos adecuados. Yo tenia las clásicas de 2.10m con reel frontal de 100 metros del 0.30, mas que adecuado.
Se debe caminar bordeando la ría lo mas lejos posible de la orilla efectuando lances y recogiendo a la velocidad que el engaño parezca tan verosímil como un pequeño peje al cual cazan implacablemente. Si nos acercamos demasiado a la orilla , veremos como huyen dejando grandes borbollones debido a la poca profundidad.
Se los puede pescar con artificiales , con artificiales combinados con tiritas de peje o directamente con un pejerrey de unos 15 cm .Lo difícil era conseguir pejerreyes , pero una mañana atracó una lancha pescadora (las de altura) y nos regalo unos cuantos con los que salvamos varias jornadas. El engaño es sencillo : un anzuelo triple en la cabeza del pejerrey y listo .Aunque al lenguado se lo ve atacar por detrás , al tratar de engullirlo en la corrida (el pique es muy franco pues come al vuelo) muerde el anzuelo.
Es electrizante ver el ataque al engaño. En el agua detrás de nuestro señuelo se empiezan a formar ondas (no es una estela , es algo mas intenso) que indican la persecución y la consecuente mordida que no se hace esperar.
Hay de todos los tamaños , los mas pequeños son ideales para la sartén ....pero quien no quiere al “grande”?
Las horas de pesca en la ría son pocas y duran lo que dura el movimiento de entrada de agua en la creciente y luego nada de nada. En el momento de parada y bajante olvídense.
Luego de varios días , una mañana me tocó ir solo , el cielo despejado , sin mucho viento , empezaba la creciente .Había traído algunas cucharitas voladoras pues los peje se me habían acabado; pero no me importaba, sabia que siempre el sartén lo llenaba.
Luego de caminar y de hacer muchos lances me pareció una jornada atípica: no había pique. La marea empezaba a paralizarse.
Probé en un recodo donde el agua daba una vuelta y de repente las fluctuaciones en el agua detrás del señuelo! Al fin los amigos de todos los días. Pero este amigo me dio un tirón que se hizo arquear demasiado la caña y se llevo toda la línea para el medio de la ría. Rogué por la caña (que aguante), por el nylon(que no se corte en las piedras) y de tener la suerte de verlo en tierra firme. No sé cuánto tiempo estuve luchando con el pez, estaba solo , pero calculo que unos 20 minutos seguro. Me sentía raro en esa soledad con semejante bicho prendido y sin testigos para alimentar mi ego. Nadie que observara la escena, solo yo .No puedo decir que la lucha era despareja , pero les aseguro que me costó traerlo a la playa, peleaba muy duro y los brazos mostraban su cansancio.
Darle nylon y recoger con mucho cuidado era el secreto, hasta que al fin lo pude vencerlo . Era el lenguado que soñaba sacar un día y se me dio. Pesó en la balanza de la cocina del ACA 5.150kg de pura potencia. Un formidable ejemplar que aun alegra mis recuerdos, aunque lo triste de esta hazaña es el haberlo querido comer .No le encontré la vuelta. A diferencia de los lenguados mas chicos , cuya carne es deliciosa, este bicho de un espesor de unos 8 a 10 centímetros tenia la carne muy fibrosa y seca. Lo probé frito y a la cacerola y para colmo éramos dos personas solas , siempre resultaba desabrido. No había forma . El final del trofeo estaba cantado.......y yo arrepentido de no haberlo devuelto al agua.
Esto mismo me hizo recordar a dos grandes tiburones que vi expuestos en una ganchera enfrente del ACA durante varios días que duraba mi estadía , estaban llenos de moscas! Me pregunto dónde está la victoria? Bueno, lo mío fue un pecado pero aprendí la lección: sino lo podes tragar...devuélvelo.

Un abrazo.