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El molusco vino de la China y sigue extendiéndose en las costas de Argentina y Uruguay. Puede ser letal para la pesca local. Ya hay carteles donde ponen que se busca “vivo o muerto”.

Un caracol llamado Rapana Venosa era un dolor de cabeza para China, pero con la globalización el bichito llegó y ya encontró un hogar permanente en el Río de la Plata, según los científicos.

"Una vez que una especie invasora se logra establecer -y por lo que hemos visto se está reproduciendo sin ningún problema- ya es imposible sacarla", asegura Diego Giberto, biólogo del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (Conicet), en una entrevista con la BBC.

Rapana Venosa es un depredador voraz y se alimenta de almejas, mejillones y ostras. "Localmente está afectando las pesquerías artesanales de mejillones", explicó Giberto.

El molusco afecta también la pesca de corvina rubia.
 
"Este caracol se alimenta de una almeja típica del Río de la Plata, y la corvina rubia -la principal pesquería de esa zona- se alimenta de esa misma almeja. A largo plazo va a tener un efecto negativo".

Lo curioso es el caracol se ha ido a la parte Este de Uruguay, y se siente muy cómodo en Piriápolis y Punta del Este, donde hay bancos de mejillones.

El caracol habría llegado a la región en el agua de lastre de barcos provenientes de Asia. Fue detectada por primera vez en 1998, cuando comenzaron a aparecer esporádicamente ejemplares y puestas de huevos.

"A partir de ahí empezó a crecer exponencialmente en todo lo que es el Río de la Plata. Si bien está hace diez años, recién ahora empieza a ser muy frecuente, lo que significa que ya se ha expandido por toda la región", explicó Giberto.